Jajajaja, qué magnífica definición. Habría que trasladársela al Nuncio para que la presente en el Vaticano y tomen nota los encargados del protocolo. Qué puntazo sería que en la próxima elección (larga vida a Francisco, no vaya a creer el buen hombre que lo doy por prontamente fallecido) el Camarlengo y los cardenales se colocaran de cara a fieles y público en la plaza de San Pedro, y a la vez que la fumata blanca se elevara a las alturas, entonaran, con voces de barítono: "¡Papayá! ¡Papayá! ¡Papayá!". Que hay que modernizarse, señores míos, y dar un buen espectáculo a la concurrencia.
Bueno, me voy donde Pedro Botero tiene las calderas...
jajajaaa me imagino esa situación que describes y siento una especie de regocijo festivo general! seguro que el regocijo sería universal además de católico (valga la redundancia del significado de ambas palabras) ehhh y luego nos cuentas cómo te ha ido con Pedro Botero! Abrazos, amigo!
Hay otros papas. Un niño aprendiendo a ir en bici. Papá ya voy sin una mano, ¡¡¡Papá ya voy sin manos!!! ¡¡¡¡¡Papa ya voy sin dientes!!!!! Hijo a comer papaya que su pulpa es tierna y jugosa. Un abrazo.
Jajaja. Qué bueno! Serán las ansias del momento, que irrumpen los ecos de “papaya, papaya…” mientras se está a la espera e incertidumbre de la fumata blanca.
Eres una genio, amiga mía, tienes un don mágico con las letras. Un abrazote!
¡Contadora guapa! gracias por tus palabras pero... lo que de verdad indican es la generosidad con que juzgas lo que escribo. Tus letras sí son mágicas describiendo emociones suscitadas por la lectura de un buen (o mal) libro. Un abrazo grande!
Papaya también esconde una declaración sibilina de las veleidades y pérdidas de aceite del sumo pontífice: "Papa payá". Cuando un Papa es argentino uno se arriesga a que aún no haya terminado su psicoanálisis. Digamos que es rarito y peculiar como una bisabuela con ruedas que intenta hacernos creer que es una bicicleta.
No sé, Carlos, es tu comentario y es tu opción eliminarlo o mantenerlo. Te lo digo porque Palabrilandia es un lugar lúdico, tolerante y tranquilo. Y porque se aleja de cualquier opinión que pueda producir en sus lectores malestar o sentimiento de ofensa a cualquier persona o colectivo, ya sea por su religión, ya sea por su nacionalidad, ya sea por su opción sexual o por cualquier otro aspecto.
Jajajaja, qué magnífica definición. Habría que trasladársela al Nuncio para que la presente en el Vaticano y tomen nota los encargados del protocolo. Qué puntazo sería que en la próxima elección (larga vida a Francisco, no vaya a creer el buen hombre que lo doy por prontamente fallecido) el Camarlengo y los cardenales se colocaran de cara a fieles y público en la plaza de San Pedro, y a la vez que la fumata blanca se elevara a las alturas, entonaran, con voces de barítono: "¡Papayá! ¡Papayá! ¡Papayá!". Que hay que modernizarse, señores míos, y dar un buen espectáculo a la concurrencia.
ResponderEliminarBueno, me voy donde Pedro Botero tiene las calderas...
Abrazos.
jajajaaa me imagino esa situación que describes y siento una especie de regocijo festivo general! seguro que el regocijo sería universal además de católico (valga la redundancia del significado de ambas palabras)
Eliminarehhh y luego nos cuentas cómo te ha ido con Pedro Botero!
Abrazos, amigo!
Ha tardado, pero lo ha conseguido.
ResponderEliminareso, y al final... papa ya!!!!
Eliminar:-)
¡Ay, qué bueno! : ) Besos y buen fin de semana
ResponderEliminarHola, Inma, gracias!
EliminarUn besico y feliz jueves!
Hay otros papas.
ResponderEliminarUn niño aprendiendo a ir en bici. Papá ya voy sin una mano, ¡¡¡Papá ya voy sin manos!!!
¡¡¡¡¡Papa ya voy sin dientes!!!!!
Hijo a comer papaya que su pulpa es tierna y jugosa.
Un abrazo.
jajajaaa Jubi, menos mal que la papaya casi puede comerse hasta sin dientes. Así que digamos que es una fruta "ciclofriend" jajaaa
EliminarUn abrazo!
Me sigo riendo, es buenisimo.Mañana se la cuento a la familia, Buen finde
ResponderEliminarjajaja hola, Ester!
EliminarMe encanta lo que me dices!!
Feliz jueves y un buen abrazo!
Si es muy gorda se llama papayón.
ResponderEliminarEso parece... pero me temo que esta papaya tan grande no serviría para el mismo menester que su hermana pequeña :-))
EliminarAbrazo!
Genial definición amiga Bisílaba. A mi, más que la PAPAYA, me gusta la CENTOLLA. Debilidades que tiene uno 😉 Un abrazo.
ResponderEliminarjajajaaa pues... yo casi que me uno a esa "debilidad" tuya
Eliminar¡cento-ya!!
Un abrazo!
Jajaja. Qué bueno!
ResponderEliminarSerán las ansias del momento, que irrumpen los ecos de “papaya, papaya…” mientras se está a la espera e incertidumbre de la fumata blanca.
Eres una genio, amiga mía, tienes un don mágico con las letras.
Un abrazote!
¡Contadora guapa!
Eliminargracias por tus palabras pero... lo que de verdad indican es la generosidad con que juzgas lo que escribo.
Tus letras sí son mágicas describiendo emociones suscitadas por la lectura de un buen (o mal) libro.
Un abrazo grande!
¡¡¡Uyyyy, cuidado con la papaya!!!😂😂😂. Me ha costado relacionar esa fruta con el clero, nada menos que con el papa. Muy bueno.
ResponderEliminarBesos, Bisi.
jajajaaa ¡Hola, Azurea! cómo son las palabras ¿verdad? hay que ver la de significados escondidos que llevan algunas de ellas.
EliminarMuchos besos, amiga
Siempre ocurrente, Bisílaba. Abrazo grande.
ResponderEliminarHola, Índigo, gracias!
EliminarUn abrazo muy fuerte para ti
lo entendi despues de haber ;eido los comentarios Soy lenta del campo
ResponderEliminarHola, Recomenzar, gracias por tu comentario!
EliminarUn abrazo
Papaya también esconde una declaración sibilina de las veleidades y pérdidas de aceite del sumo pontífice: "Papa payá". Cuando un Papa es argentino uno se arriesga a que aún no haya terminado su psicoanálisis. Digamos que es rarito y peculiar como una bisabuela con ruedas que intenta hacernos creer que es una bicicleta.
ResponderEliminarNo sé, Carlos, es tu comentario y es tu opción eliminarlo o mantenerlo.
EliminarTe lo digo porque Palabrilandia es un lugar lúdico, tolerante y tranquilo.
Y porque se aleja de cualquier opinión que pueda producir en sus lectores malestar o sentimiento de ofensa a cualquier persona o colectivo, ya sea por su religión, ya sea por su nacionalidad, ya sea por su opción sexual o por cualquier otro aspecto.
Habemus :-))
ResponderEliminar¡Muy bueno!!!
ResponderEliminarBesitos.
La concha de tu hermana
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